En una misión de prácticas humanitaria Nicholas Garrigan (James McAvoy) aterriza en Uganda, y ha elegido un mal momento para llegar. La agitación política ha generado un golpe de estado dirigido por Idi Amin (Forest Whitaker) un carismático líder que pronto introduce a Nicholas en su círculo de influencia. El idealismo inicial de su misión como médico personal y consejero de confianza del presidente dan paso al horror y los remordimientos al iniciar el presidente una purga contra sus opositores, a la vez que radicaliza su discurso. Un thriller político cuya línea principal radica en la inconstante relación de ambos personajes principales. El realizador Kevin MacDonald nos ofrece un retrato muy humano del dictador africano, ayudado por la impecable interpretación de Whitaker, nos muestra las tribulaciones de los protagonistas y cómo los poco a poco se van recrudeciendo todas las acciones. El ritmo es bueno aunque podría ser un poco mayor para el género en el que nos movemos, y quizás sobren algunas escenas de dureza singular. Una película chocante y muy verosimil, aunque no la veo redonda.
