En un barrio convencional y tranquilo norteamericano la calma se ve perturbada por la salida de la cárcel de un pedófilo que ha terminado de cumplir su condenda. Como contrapartida se organiza una reacción social para advertir a todas las madres de que este individuo anda suelto, al tiempo que el mismo es acosado por algunos de los miembros de la comunidad. Entre tanto, la aburrida vida de Sarah Pierce (Kate Winslet) da un giro al conocer a Brad Adamson (Patrick Wilson), y establecer una relación oculta.Costumbrismo y sentimientos se mezclan en esta pretendida disección de una parte de la sociedad estadounidense que, pese a la buena actuación de los actores (el pedófilo lo hace genial) se desinfla muchísimo. Su total falta de originalidad le lleva a machacar temas muy trillados desde hace tiempo, y aunque estéticamente goza de un muy buen nivel, en cuanto a lo narrativo adolece de un tempo muy pausado y una narración (voz en off) que suena un poquito anacrónica. Atentos a la escena en que Jennifer Conelly se da cuenta de lo que se cuece... Se puede ver, pero tampoco mata.
